Al ver el ingreso de las cámaras a la sala de Audiencias 20, Sebastián Sosa cerró los ojos. Como si fueran los pelotazos que recibe cualquier arquero, el jugador de Vélez aguantó los flashes de las fotos y los iluminadores que se centraron en él por una evidente razón: el imputado se sentó lejos de los otros tres futbolistas acusados por abuso sexual y estuvo rodeado por tres policías durante el debate de ayer. Esa imagen reforzó la versión que surgió el lunes en los pasillos de Tribunales y que indicaba que el golero se habría trenzado a golpes con uno de sus compañeros tras enterarse de que la fiscal María Eugenia Posse ordenó la aprehensión de los cuatro. El rumor fue desmentido categóricamente.
Sosa fue denunciado junto a Brian Cufré, Abiel Osorio y José Florentín Bobadilla por una joven tucumana que sostuvo haber sido abusada por los tres últimos el 3 de marzo en el hotel en el que se concentraba el plantel de Vélez, luego del partido en el que el equipo porteño jugó con Atlético. La joven presentó sus pruebas y se sometió a una cámara Gesell y a pericias médicas para sostener su acusación.
Ayer los cuatro futbolistas tuvieron la posibilidad de contar su versión de los hechos y de aportar los informes de parte que prepararon sus defensores con peritos, pero de todas maneras terminaron siendo imputados en la audiencia por la jueza Eliana Gómez Moreira por el delito de abuso sexual agravado, la cual les dictó arresto domiciliario a todos menos a Sosa (seguirá el proceso en libertad).
“Todo mentira”
“La relación entre ellos es perfecta; eso de que se pelearon es todo mentira. No crean esas cosas, son mentiras que surgieron en Buenos Aires”, señaló Ernesto Baaclini, defensor de Sosa cuando llegó a Tribunales para presenciar la audiencia.
En conferencia de prensa el abogado indicó que los acusados “pasaron la noche en una dependencia policial. Tanto a Sosa como a los demás jugadores los vi muy mal”.
Baaclini llegó acompañado por la esposa de Sosa. La joven rechazó dar entrevistas y se alejó cuando el abogado brindó una conferencia. “Mi defendido va a hablar, claro que va a declarar”, concluyó el profesional antes de entrar al palacio de justicia.
Los defensores José María Molina y Patricio Fresia prefirieron no dar declaraciones previas, pero sí confirmaron que sus clientes también declararían. Los demás abogados eligieron otros accesos para ingresar al palacio.
Durante uno de los cuartos intermedios ambos profesionales le aseguraron a LA GACETA que nunca existió una agresión entre los jugadores. “Todo es mentira, no sé quién inventó eso de un golpe”, sintetizó Molina. El defensor de Osorio agregó que: “la ubicación de los policías (que rodeaban a Sosa) fue casual, la idea fue tratar de acomodar a los imputados detrás de cada defensor”.
Operativo privacidad
Sigilosamente, la camioneta que trasladó a los imputados desde el lugar de detención, ingresó a Tribunales por el portón de calle España al 400. El acceso se cerró inmediatamente después del paso del vehículo, por lo que no fue posible graficar la llegada de los jugadores.
Un camarógrafo audaz consiguió, con ayuda del zoom, ajustar la toma a través de una abertura que tenía el portón, pero no se descuidó ningún detalle: los futbolistas bajaron con el rostro cubierto. Ya sea por obra de los efectivos a cargo del traslado, o bien por iniciativa propia de los acusados, el operativo “privacidad” fue todo un éxito.
A las 13.30, ante el calor de la jornada, la guardia policial permitió que los periodistas ingresaran al edificio del Fuero Penal y permanecieran en el hall de planta baja. La audiencia se desarrolló en el quinto piso sin la presencia de la víctima, que pudo ver el debate por Zoom.
Teniendo en cuenta la repercusión que tuvo el caso y que atrajo la atención incluso de los medios nacionales, la jueza Gómez Moreira autorizó que la prensa pudiera ingresar a la sala apenas se inició la audiencia para poder tomar imágenes de respaldo para la presentación de noticias.
En ese momento se terminó la privacidad de los imputados, que de todas maneras desde el lunes -cuando llegaron para presenciar la declaración de la víctima en cámara Gesell- aparecen en todos los portales de noticias a causa del grave hecho de que se los acusa. Tras algunos minutos, la magistrada aclaró -como se acostumbra en este tipo de causas- que no permitiría que la prensa permaneciera en la sala durante el desarrollo de la audiencia para evitar que se filtraran datos sobre la denunciante y para evitar una revictimización.
Los periodistas no pudieron permanecer en el piso donde se desarrolló el debate, pero luego de meditar su sentencia, la jueza autorizó nuevamente el paso a la prensa para que escucharan los detalles del fallo.
¿Cómo fueron las dos noches de los acusados en la brigada de investigaciones?
Los acusados pasaron la noche en un lugar alejado de los presos comunes. Estuvieron alojados los cuatro juntos en una habitación pequeña en la que había un ventilador y apenas entraban los colchones que les acercaron sus familiares. Además les permitieron tener un equipo de mate y estuvieron “mateando” todo el día.
Fuentes policiales negaron que hubiese ocurrido alguna pelea que haya provocado incidentes. Estaban advertidos que de ser así los separarían y por ende los habrían enviado a una celda común.